• Cuando ralles las zanahorias es importante que queden muy finas. El rallador de estrella es el más adecuado para conseguirlo. Cuando las tengas, echa encima el ron y el zumo de limón. Reserva esta mezcla.
• Precalienta el horno. Unta un molde desmontable con mantequilla y espolvoréalo con harina. Elimina la harina sobrante. Si quieres, también puedes forrar el molde con papel de horno. Diámetro del molde: 23 cm.
• Mezcla la harina con la levadura en polvo y las almendras molidas. Reserva esta mezcla también.
• Bate las yemas con la mitad del azúcar (70 g) hasta que quede cremoso y blanquecino. Ahora añade la mezcla de zanahoria junto con la piel rallada de limón.
• Bate un poco más y ahora añade la mezcla de almendras. Sigue batiendo hasta conseguir una masa homogénea.
• En otro bol y con una pizca de sal bate las 6 claras de huevo. Cuando empiece a tener unas espumas blandas, añade poco a poco el resto del azúcar (70 g). Sigue batiendo hasta que tengas una espuma firme.
• Pon dos cucharadas soperas de la clara montada en la masa anterior. Bate un poco con la batidora enérgicamente. El resto de las claras añádelas poco a poco, con cariño, para que las claras no se caigan demasiado.
• Vierte la masa de bizcocho en el molde y alísala. Hornea durante unos 55-60 minutos. Horno: 180ºC. En el caso de que tenga un color algo más tostado antes de tiempo, tapa la superficie con papel de aluminio y sigue horneando hasta que esté totalmente hecho por dentro.
• Una vez tengas horneado tu bizcocho de zanahoria, déjalo en el molde 15 minutos. Solo es conveniente desmontar el molde pasado ese tiempo. Ponlo en una rejilla para que se enfríe.

El glaseado:

• Una vez frío, cubre el bizcocho con la mezcla del azúcar y el zumo de limón.