Tamiza la mermelada para que no tenga grumos.
Cuando los bizcochos estén ya fríos, iguala los bordes con un cuchillo para que tengan exactamente el mismo tamaño. Corta longitudinalmente las láminas de bizcocho en dos partes. Ahora tienes cuatro trozos iguales de: 10,5 cm x 30 cm. El tamaño es aproximado, dependerá de si los bizcochos han encogido, o de los bordes que hayas tenido que cortar.
Coge el primer trozo del bizcocho blanco y úntalo con un par de cucharadas soperas de mermelada. Ahora pon encima el primer trozo de bizcocho marrón. Unta otra vez la superficie con un par de cucharadas de mermelada. Ahora toca de nuevo el segundo trozo de bizcocho blanco, ponle nuevamente mermelada y para cerrar, coloca el segundo trozo de bizcocho marrón. Pon un trozo de papel de horno sobre este bloque de bizcochos y encima un libro que pese. Es importante prensar bien para unir perfectamente las capas de bizcochos. Déjalo así una hora y media.
Una vez finalizado este tiempo, corta el bizcocho longitudinalmente en 7 partes iguales con un cuchillo bien afilado. Pega con la mermelada cada lámina de bizcocho bicolor para conseguir la tabla de ajedrez. Es importante pegar los trozos para que no coincidan los mismos colores. Repasa los bordes y la tapa con un cuchillo para eliminar la mermelada sobrante. Una vez tengas el bloque de bizcocho hecho, pon el papel de horno encima y después el mismo libro para prensar bien este bloque. Así, nuestro postre estará muy sólido.
Por último, derrite el chocolate al baño María, viértelo encima del bizcocho y alísalo. Deja que el chocolate se solidifique.