Pon a remojo las pasas en el ron. Pica finamente la piel de naranja y del limón confitados. Reserva por separado.
Hierve 400 ml de leche junto con la vainilla, la piel de limón y el azúcar.
Mientras, mezcla las yemas con 100 ml de leche. Tiene que quedar lisa y sin grumos.
Cuando la leche esté hirviendo, aparta la cazuela e incorpora la mezcla anterior. Ahora vuelve a poner la cazuela al fuego y cocina la crema 1-2 minutos, hasta que espese y su textura sea como la de una salsa. ¡Cuidado! NO dejes nunca que llegue a hervir y tampoco cocines la salsa demasiado, porque si lo haces, las yemas se cocinarán y la crema tendrá coágulos de yema, los cuáles no se pueden eliminar.
Deja enfriar esta base de helado. Una vez fría, quita el limón y la vaina de vainilla.
Ahora hay que congelar durante 4 horas y cada 30 minutos hay que mezclar enérgicamente para eliminar los cristales de agua.
Al pasar este tiempo, añade las pieles confitadas y las pasas escurridas. Ahora ya está listo el helado para comer o conservar en el congelador. Mejor en un recipiente que cierre herméticamente.