Muele las avellanas. Si quieres, también puedes tostarlas antes. De esta forma su sabor será mucho más intenso. Eso sí, antes de moler las avellanas deben estar frías.
Precalienta el horno. Unta un molde redondo con mantequilla y espolvoréalo con harina. Elimina la harina sobrante (en lugar de harina y mantequilla puedes usar papel de horno). Diámetro del molde: 23 cm.
Bate un huevo entero y las 4 yemas de huevo con el azúcar hasta que quede cremoso y blanquecino.
En otro bol mezcla la avellana molida con la levadura en polvo y la maicena. Ahora añade esta mezcla a la mezcla del paso anterior. Bate todo muy bien para que esté homogéneo.
Bate las cuatro claras de huevo a punto de nieve con una pizca de sal. Añádelas poco a poco a la masa anterior, hazlo con mucho cuidado para que no se caiga esta espuma de huevos.
Vierte la masa en el molde y alísala. Hornea el bizcocho durante unos 35 minutos. Horno: 180ºC. Deja enfriar el bizcocho en el molde durante 20 minutos. Después ya puedes ponerlo en una rejilla, sin el molde, para que se enfríe.