Pon a hervir las ¾ partes de la leche y la nata junto con la rama de canela y los trozos del limón.
En otro bol mezcla las yemas, el azúcar moreno y el resto de la leche.
Cuando la leche esté hirviendo, añade la mezcla de yemas del paso anterior. Manten esta mezcla en el fuego hasta que empiece a tener cuerpo (85ºC). ¡No lo hiervas!, ya que se te puede cortar. Cuela la crema y quita los trozos de canela y limón. Añade la miel y la canela molida.
Deja enfriar.
Pon la crema en el congelador entre 3,5-4 horas. Cada media hora bátelo con la varilla para que no aparezcan cristales y el helado esté cremoso.
Saca el helado del congelador unos minutos antes de comer. De esta manera, estará más cremoso y fácil de servir.