Corta los albaricoques por la mitad y resérvalos. Precalienta el horno. Unta con mantequilla un molde desmontable, espolvorea con harina y elimina la harina sobrante. El diámetro del molde es de 23 cm.
Separa las claras y las yemas. Bate el azúcar con la mantequilla hasta que tengas una textura cremosa. Ahora añade una por una las 3 yemas. Sigue batiendo y añade el yogur. Por último, incorpora la harina y la levadura en polvo.
Monta las claras a punto de nieve y después añádelas a la masa anterior poco a poco (poniendo cada vez únicamente un par de cucharadas). Un truco: pon la primera cucharada de clara montada y mezcla bruscamente. Así, la masa queda más elástica y te resultará más fácil añadir el resto de clara montada.
Vierte la masa de bizcocho en el molde y alísala. Pon encima los albaricoques y espolvorea la fruta con el azúcar.
Hornea el bizcocho durante unos 50-55 minutos. Horno: 180C. Deja enfriar la tarta en el molde 25 minutos, después quita el molde y deja que se enfríe por completo en una rejilla.