Precalienta el horno. Forra una placa de horno con papel de horno.
Mezcla los cuatro ingredientes. Empieza a amasar. Forma una masa homogénea.
Pon la masa en la placa de horno. Extiéndela con la mano hasta que tenga un grosor de unos 5-8 mm. Aplasta la superficie con la mano para que esté lisa. Si quieres, también puedes usar un vaso liso.
Con ayuda de un cuchillo, corta la masa en rectángulos. No hay que separar las piezas cortadas. Con un tenedor decora las galletas. Si te apetece, espolvorea la superficie con azúcar.
Hornea la masa a 180ºC durante unos 20-25 minutos. No tiene que quedar demasiado tostada.
Una vez horneadas, es el momento para cortar las galletas y marcar de nuevo los agujeros con el tenedor. Como están frágiles en caliente, hay que dejarlas enfriar en la bandeja.