Mezcla el agua con el azúcar en una cazuela. Cocínalo hasta que tengas un color marrón claro. Es importante NO remover en absoluto el azúcar. Si quieres mezclarlo un poco, solo mueve ligeramente la cazuela. Añade la nata primero, después 200 ml de leche y, por último, la sal. Cocina lentamente el caramelo hasta que se haya disuelto totalmente. Después, hiérvelo.
Preparando el helado:
En otro bol mezcla las yemas con el resto de la leche (100 ml) y el azúcar(20 g).
Cuando la mezcla de caramelo y lácteos esté hirviendo, aparta la cazuela del fuego e incorpora la mezcla de yemas del paso anterior. Pon esta mezcla de nuevo en el fuego hasta que empiece a tener cuerpo (cuando llegue a unos 85ºC). ¡No la hiervas!, ya que se puede cortar. Aparta del fuego definitivamente la mezcla. Remueve muy bien.
Deja enfriar y añade la miel.
Pon la masa del helado en el congelador durante 4-5 horas. Cada media hora bátelo con la batidora para que no aparezcan cristales y el helado esté cremoso. Si tienes heladera, elabora el helado según las instrucciones del fabricante.
Saca el helado de caramelo salado del congelador unos minutos antes de comerlo. De esta manera, estará más cremoso y fácil de servir.