Remoja las pasas en agua. Dependiendo lo secas que estuvieran las pasas, el tiempo puede variar desde una hora hasta una noche entera.
Mezcla la harina con las 4 yemas, la piel rallada de limón, el azúcar (15 g) y la leche. La masa tiene que quedar sin grumos.
En otro bol monta las 4 claras de huevo a punto de nieve con el azúcar (15 g). Solo empieza a añadir poco a poco el azúcar cuando las claras tengan una textura espumosa blanda. Ahora mezcla las claras montadas con la masa del paso anterior.
Pon la mantequilla en una sartén. Cuando esté bien caliente añade la masa. Añade también las pasas escurridas. Cocina a fuego medio fuerte un par de minutos hasta que el fondo esté algo tostado. Ahora, con una espátula, mezcla la masa para que tenga ese aspecto tan característico. Puedes conseguir migas grandes, pequeñas o una mezcla de ambas. Eso ya depende de cada uno. Espolvorea también con azúcar glas (20 g). Sigue cocinando un par de minutos hasta que tu postre quede tostado.
Acompaña el Kaiserschmarrn con mermelada, compota de fruta o fruta fresca, aunque simplemente con azúcar glas también está delicioso. Cuando más rico está es recién hecho.