Hierve la leche con la nata, el azúcar y las semillas de vainilla. Deja que se enfríe un poco hasta que esté tibia.
Pon en remojo la gelatina.
Junta la leche tibia con la gelatina. Mezcla muy bien para que la gelatina se disuelva totalmente. Llena con este líquido unos moldes pequeños. Deja que se enfríen y después guárdalos en el frigorífico.
Calienta el azúcar y 1 cucharada sopera de agua. Deja que se cueza hasta que tengas un caramelo de un color claro. Ten cuidado de no pasarte con la cocción. Si el caramelo está muy oscuro puede tener un toque amargo.
Mientras, mezcla el agua caliente con el café soluble.
Cuando el caramelo esté en su punto incorpora el café y la nata. ¡Ojo! Mucho cuidado al hacer este paso. La diferencia de temperaturas puede hacer que el caramelo se salga y te salpique. Sigue cociendo la salsa hasta que tengas el líquido homogéneo y algo espeso. Serán unos 5-8 minutos. Deja enfriar.
A la hora de servir, pon los moldes en agua caliente durante unos segundos. De esta manera los moldes se quitarán fácilmente. Decora la Panna Cotta con la salsa de café.
Notes
Ten mucho cuidado al hacer la salsa para que no te quemes.Los tiempos de preparación son orientativos.