Forra con papel de horno el fondo y la pared de un molde redondo y desmontable. El diámetro del molde es de 23 cm.
Tritura las galletas. En un cuenco derrite la mantequilla. Ahora junta los dos ingredientes anteriores. Mézclalos muy bien y viértelos en el molde. Con la ayuda de un vaso o con tus manos, presiona la galleta triturada para que esté bien prieta, homogénea y tenga la misma altura en toda la superficie. Pon el molde en el frigorífico durante, por lo menos, 30 minutos.
Elaborando la tarta de queso con chocolate blanco:
Precalienta el horno a 150º C.
Derrite el chocolate blanco. Una vez lo tengas, déjalo reposar unos 3 minutos para que no esté tan caliente.
Para la crema es importante que los ingredientes estén a temperatura ambiente. Bate el mascarpone con la maicena, el yogur griego, el azúcar y las semillas de vainilla. Ahora añade los huevos uno por uno y sigue batiendo unos segundos. Ojo, no nos interesa batir demasiado generando burbujas. Por último, incorpora poco a poco el chocolate blanco. Mezcla muy bien y ahora vierte esta crema en el molde encima de la base de galleta. Alísala.
Hornea la tarta durante unos 60-70 minutos (150ºC). Una vez tengas el postre déjalo en el horno ya apagado durante dos horas, pero con la puerta un pelín abierta (unos 5 cm). Después deja que se enfríe totalmente en el molde pero ya fuera del horno. Pon la tarta de queso con chocolate blanco en el frigorífico durante una noche entera.