Mezcla 45 ml leche con una cucharada de café de azúcar, 1 cucharada de té de harina y la levadura panadera. Deja fermentar en un sitio templado hasta que doble su tamaño (unos 20 minutos).
Amasa la harina con el azúcar, la yema, el huevo, la pizca de vainilla, 15 ml de leche, el aceite de girasol y la masa fermentada. Forma una masa homogénea y deja que repose hasta que doble su tamaño en un sitio templado (45 minutos, más o menos).
Precalienta el horno. Extiende la masa (con un grosor de unos 8 mm) y ponla en un molde rectangular revestido con papel de horno. Tamaño del molde: 29 cm x 20 cm.
Bate las yemas con el azúcar. Añade el yogur, el zumo de limón, la ralladura de limón y el requesón. Bate las claras a punto de nieve e incorpóralas a la crema anterior.
Vierte la masa encima de la masa fermentada y hornea unos 50-60 minutos hasta que esté dorada la parte de arriba. Horno: 180ºC. Deja enfriar el pastel en el molde. A la hora de servir corta el pastel en cuadraditos.