Pon la miel en una cazuela junto con el agua. Desde que empiece a hervir, esta mezcla se cocina durante unos cuatro minutos, justo hasta que su textura te haga recordar al almíbar. ¡Ojo!, no debe quedar demasiado densa.
Elaborando la masa:
Pon el anís y la piel del limón con el aceite de oliva (125 ml) en una sartén o cazuela y deja aromatizar a fuego lento unos 10 minutos. Deja enfriar. Una vez frío, cuela el aceite y resérvalo.
Mezcla la harina con la sal, el aceite aromatizado y el vino moscatel. Forma una masa homogénea (si fuera necesario y debido a la pérdida de volumen del aceite, durante el proceso de aromatización puedes añadir un poco de aceite y vino moscatel).
Tapa la masa y déjala reposar una hora a temperatura ambiente.
Ahora extiende la masa en una superficie algo enharinada. El grosor es de 1 mm.
Corta la masa extendida en forma de rectángulo de 38 cm x 31 cm. Corta este rectángulo en 16 cuadrados (4 x 4). La masa que has cortado alrededor puedes volver a extenderla y hacer más cuadraditos. Escoge un cuadradito y junta dos esquinas opuestas. Presiona lo suficiente para que no se despeguen. Haz este proceso con los demás cuadraditos (en el vídeo verás mejor cómo se hace).
Fríe y reboza:
Calienta el aceite. Antes de poner los pestiños dentro, asegúrate de que el aceite tiene la temperatura adecuada. No puede estar ni muy caliente ni tibio. Con la masa que te ha sobrado antes puedes hacer la comprobación.
Pon los pestiños en el aceite. Al principio hay que ponerlos con las dos esquinas boca abajo hundidas en el aceite. Cuando ya estén fritos por este lado, hay que darles la vuelta (esquinas pegadas boca arriba) y seguir friendo hasta que estén hechos.
Una vez fritos, reboza los pestiños en el azúcar o pincélalos con el almíbar de miel a temperatura ambiente. Cuando más deliciosos están es recién hechos.
Video
Notas
Los tiempos de preparación son orientativos.
Keyword aceite de oliva vírgen extra, Anis, azúcar, miel