Limpia las manzanas pero sin quitarles la piel. Córtalas por la mitad, elimina el corazón y cocínalas en agua y un poco de zumo de limón. Es importante no cocinarlas mucho. Desde que empieza a hervir el agua es suficiente con 1-2 minutos. Las frutas tienen que estar "al dente".
En otra cazuela calienta la mantequilla y añade la harina. Cocínala un par de minutos. Ahora, lentamente, incorpora la leche. Tienes que dar vueltas todo el rato para que no se queme y para que esté lisa, sin grumos. Realmente es una simple bechamel. Deja enfriar la bechamel hasta que esté tibia.
Precalienta el horno. Unta un molde con mantequilla y después espolvoréalo con harina. Elimina la harina sobrante. Diámetro del molde: 23 cm.
Pon la bechamel tibia en un bol y mézclala con el azúcar. Después añade las yemas de huevo y la ralladura de limón.
Bate las claras de huevo a punto de nieve. Añádelas poco a poco a la crema anterior para que la clara no se rompa.
Cubre el fondo del molde con la crema. El grosor será de unos 2 dedos.
Ahora coge dos medias manzanas y pon bastante mermelada en una de las mitades. Junta las medias manzanas y ponlas en el molde. Sigue así hasta que tengas todas "unidas" con la mermelada.
Cubre con crema los huecos entre las manzanas.
Hornea el pudin durante unos 75 minutos hasta que esté cocido por dentro. Deja que se enfríe en el molde.