Pon en un bol las fresas, córtalas en rodajas grandes de 0,5 cm y añádeles el zumo de limón. En otro bol mezcla el azúcar y la maicena. Reserva ambos para más adelante.
Precalienta el horno.
Pon los ingredientes del crumble en un bol, excepto la almendra fileteada. Ahora con la mano, amásalo hasta que tengas una textura homogénea y la masa se haya convertido en grumos grandes. Añade la almendra fileteada y ya no hace falta amasar más. Simplemente remueves esta mezcla con una cuchara sopera muy suavemente. Es importante hacerlo así para que las almendras no se rompan. Reserva el crumble.
Para el bizcocho bate la mantequilla con el azúcar. Cuando esté cremosa, añade los huevos uno por uno y después las semillas de vainilla. Sigue batiendo.
Añade ahora la harina y la levadura en polvo. Bate la masa unos minutos más hasta que esté homogénea.
Forra un molde desmontable con papel de horno. También puedes untar el fondo y la pared con mantequilla y después espolvorear con harina. Vierte la masa de bizcocho al molde. Alísalo. Diámetro del molde: 23 cm.
En el bol donde tienes las fresas añade la mezcla de maicena y el azúcar moreno. Ahora ponla encima de la masa de bizcocho. Distribuye bien las fresas para que en todas las partes del bizcocho haya la misma cantidad.
Pon encima los grumos con las almendras fileteadas.
Hornea la tarta durante 1 hora. En el caso de que las almendras ya tengan un color oscuro pero a la tarta aún le falte tiempo de horneado, pon papel de aluminio encima para protegerlas. Horno : 180ºC. Deja enfriar en el molde. Después quita el molde y el papel.