Amasa la harina con el azúcar, la mantequilla, la yema y 3 cucharadas soperas de agua fría. Haz una masa homogénea y lisa.
Extiende la masa en una superficie enharinada de un grosor de unos 0,5 cm. Pon papel de horno en un molde desmontable. Pon el papel también en las paredes. Rellena el molde con la masa y haz un borde de unos 3 cm de alto ayudándote con las manos. Pon el molde en el frigorífico durante 30 minutos. Diámetro del molde: 23 cm.
Precalienta el horno.
Al sacar el molde del frigorífico, cúbrelo con otro papel de horno y vierte encima judías o garbanzos. Hornea esta masa durante 15 minutos. Horno: 180ºC.
Bate los huevos con la clara, el azúcar, una pizca de vainilla, la harina y el yogur. Añade el mascarpone y sigue batiendo hasta que tengas una crema lisa. Después añade el requesón. Bate de nuevo la crema y al final hecha la ralladura y el zumo de limón.
Vierte esta mezcla sobre la masa y alísala. Vuelve a colocar el molde en el horno durante unos 50-55 minutos. Horno: 180ºC. Sabrás que la tarta está lista cuando tenga un bonito color dorado y cuando además, metas una aguja o un cuchillo en la masa y salga limpio.
Una vez fuera del horno, deja reposar la tarta durante 15 minutos. Después quita las paredes del molde y el papel de horno. Por último, deja que se enfríe totalmente en una rejilla.