Hierve el agua con el azúcar y el zumo de limón. Añade las cerezas al agua azucarada y sigue cocinando todo hasta que la fruta esté cremosa y tenga poco líquido. Serán unos 20 minutos. Deja enfriar. Cuando esté tibia incorpora la miel. Deja enfriar totalmente.
Bate el mascarpone con el azúcar, el yogur griego, la pizca de vainilla, el zumo de limón y la miel.
Monta la nata a punto de nieve. Es suficiente que esté densa y cremosa (no hace falta una nata montada dura).
Junta la nata montada con la crema de mascarpone. Ponlo en el congelador durante 50 minutos.
Con la batidora bate el helado. Durante las siguientes 3 horas hay que batir el helado cada media hora. Si tienes una heladera sigue las instrucciones del fabricante.
Cuando el helado esté a punto, incorpora la crema de cereza. Mézclalo, pero no demasiado. Vuelve a poner el helado en el congelador 1 hora más. Ahora ya está listo para consumir.