Mermelada de albaricoque

Aquí tienes la receta para hacer una mermelada casera de albaricoque que no encontrarás en las tiendas. Es transparente, dulce y riquísima, tal cual como la hacía mi abuela. Seguro que alegrará tus tostadas también por las mañanas.

Aquí está una de las confituras más universales que existen. Este es el auténtico sabor de mi casa. Yo, esta vez, hice solo 2 kg, pero en casa hacíamos mermelada de albaricoque con 6 u 8 kg de fruta. Sí, sí… comíamos mucha.  Es que es un sabor que combina muy bien con miles de postres, por eso es tan versátil. Puedes usarla para rellenar galletas, crepes, gofres o la mismísima Tarta Sacher, la lista es infinita. Aunque en España la mermelada de melocotón es más popular, a mí me gusta más este sabor dulce con toque ácido que tiene la mermelada de albaricoque casera. Este sabor agridulce también me encanta en un pastel de ciruela.

Para una textura fina y sedosa es conveniente eliminar la piel de los albaricoques. ¿Cómo quitar la piel de una forma sencilla? Solo tienes que cocinar la fruta en una cazuela durante un minuto. A la hora de comer notarás una notable diferencia entre que lleve piel o no la lleve.

¿Qué frutas usar para las mermeladas? Como regla general, escoge frutas bien maduras. Es muy importante, porque si no, hay que añadir mucho más azúcar a la mermelada y además el sabor tampoco estará del todo bien. No tienes que usar frutas perfectas, solo elimina las partes golpeadas y las imperfecciones.

Para esta mermelada de albaricoque casera escoge las frutas cuando están ya blandas, pero al mismo tiempo todavía firmes . Su color naranja oscuro también te puede guiar. Recuerda que todas las mermeladas tradicionales llevan solo fruta y azúcar, nada más. Por eso son tan irresistibles, sanas y naturales. Ya me contarás qué tal te ha salido esta receta.

“¡Cómo me gusta conservar los sabores de verano para los meses de invierno!”